martes, 6 de mayo de 2014

En ocasiones, al salir al jardín donde duerme la nodriza de la capa azul he podido oír como el silbido de un pequeño animal que escapa entre las flores; y alguna vez, incluso, he llegado a tiempo de ver unas patas como de ciervo cubierto de plumas de metal, resbalar en el barro y salir a la carrera. Pero nada, ni siquiera eso, me ha inquietado más que ver a la nodriza abrir los ojos en la cara del muerto que duerme al fondo de la fuente, rodeado de mujeres

No hay comentarios:

Publicar un comentario