viernes, 14 de junio de 2013


Tengo del ausente la voz como el salto de un gato sobre una cabellera que se incendia. De mis hermanas he decidido recoger a la sonámbula que corre detrás del viento, detrás del silencio, detrás del fuego blanco que en las noches desciende hasta mi lengua para llevarme tras los pasos de la que corre, la que siempre en otro sitio que no es este, abre puertas y ventanas y canta.

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