martes, 6 de mayo de 2014

Cancelé la deuda con todos los muertos,
la sangre de campanas y relojes brota de la noche,
se  anuncia la variación, la caída final,
turba de manos en la mañana de llamas,

con el rostro del animal vidrioso
que trepa desde un rincón,
empalaga mi boca de flores púrpuras lácteas,
libera mis ojos, estimula mis ardores.

Temporada de tentáculos,

temporada de encadenamientos célibes 
En ocasiones, al salir al jardín donde duerme la nodriza de la capa azul he podido oír como el silbido de un pequeño animal que escapa entre las flores; y alguna vez, incluso, he llegado a tiempo de ver unas patas como de ciervo cubierto de plumas de metal, resbalar en el barro y salir a la carrera. Pero nada, ni siquiera eso, me ha inquietado más que ver a la nodriza abrir los ojos en la cara del muerto que duerme al fondo de la fuente, rodeado de mujeres